Hace un año, la directora del Gabinete, Montserrat Guerra, participó en la campaña “Alcohol y Menores. Propuesta de Intervención Socioeducativa”, a través de un curso promovido por la FAD, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y la Dirección General de Juventud y Cooperación al Desarrollo Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Gobierno de Cantabria.
Desde entonces, el Gabinete de Psicología ha llevado a cabo una labor pedagógica con los pacientes menores del gabinete a través de propuestas de intervención preventiva, además de la reflexión sobre el papel que juega el alcohol en la vida de los adolescentes y sus repercusiones.
La respuesta de los pacientes del gabinete ha sido muy positiva, así como de sus padres, que han visto en esta labor terapéutica un apoyo al entorno social de los niños como prevención del consumo.
El consumo de ALCOHOL por parte de MENORES y JÓVENES es actualmente un fenómeno que preocupa, no solo a familias y educadores, principales agentes de la socialización de adolescentes y jóvenes, sino a la sociedad en su conjunto, que está siendo testigo de una relación que cada vez se estrecha y afianza más.
A su vez, el Gabinete también ha englobado esta campaña dentro de su Plan Tutela, un plan de trabajo contra las adicciones (que establece como apoyo en las terapias de adicción la implicación de una persona cercana al paciente como mecanismo de ayuda y acompañamiento en su proceso).
Es en los momentos y espacios de diversión ligados al ocio y al tiempo libre en los que se producen de forma mayoritaria estos consumos. En ellos, y a través de ellos, adolescentes y jóvenes obtienen posibilidades de experimentación, de transgresión, de búsqueda de una identidad propia y diferente a la del mundo adulto, una personalidad individual pero también grupal, que les permita cumplir con algunos de los tópicos que la percepción social adjudica a todo aquel que quiera sentirse dentro del grupo de los considerados jóvenes (y por proyección a los menores que aspiran a ser considerados como tales en cada vez un periodo más corto de tiempo) y que presiona para el consumo.
Porque los consumos, y también los consumos de menores y jóvenes, expresan en gran manera un estilo de vida, unas formas de estar en el mundo y ante el mundo, que reflejan y sirven para construir un modo de ser, de comunicar, de divertirse, de opinar, de valorar… Los consumos de alcohol son un fenómeno cultural arraigado en los valores sociales, en las prioridades colectivas, en las formas de entender y percibir diferentes retos y demandas de la vida…y, por lo tanto, no son el resultado únicamente de la relación de unas sustancias con unos posibles consumidores.