Para la directora del Gabinete, los adolescentes son el grupo de edad «más castigado» por las restricciones del covid. Así lo ha manifestado avalando el último estudio del CSIC que los sitúa como el sector más perjudicado, por delante de los mayores: «Se han duplicado las consultas del rango de edad de 12 a 21» señala Montserrat, que ya había advertido de esta situación con anterioridad. Precisamente para los adolescentes se han habilitado recursos adicionales en el Gabinete, en concreto, en el área de ayuda psicológica para adolescentes.
En este estudio se señala que uno de cada tres jóvenes encuestados aseguran sufrir ‘fatiga pandémica’, un estado de ánimo “malo o muy malo”, el peor en comparación con los demás grupos de edad encuestados, según el estudio ESPACOV (Estudio Social sobre la Pandemia COVID-19), elaborado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El cansancio relacionado con la pandemia de la COVID-19 pasa factura a todos los grupos de edad, pero el 32,5% del sector más joven encuestado considera que su estado de ánimo es “malo o muy malo”, mientras que el grupo de edad de 65 años y superior es más optimista (23,4%).
Al comienzo de la pandemia, los jóvenes mostraban más optimismo, mientras que ahora reflejan un estado de ánimo peor que otros grupos como son los mayores de 65 años. Para Montserrat Guerra los mayores de 24 años tienen una vida más o menos formada, y «una memoria que nos hace tener la sensación de que esto pasará tarde o temprano. Sin embargo, para los jóvenes todo esto es nuevo, no tienen gestión emocional, no lo tienen aún construido, no tienen habilidades de comunicación y llevan ya mucho tiempo en pandemia».
Guerra señala que los niños «están más tristes, con pensamientos rumiativos o circulares», consumiendo muchos videojuegos y redes sociales. Niños con problemas de obesidad y de sueño, hacen menos deporte, sus rutinas y hábitos han cambiado, así como su socialización.
Si hablamos de sintomatología depresiva, como sentimientos de culpa, apatía, desánimo, anhedonia, aislamiento, baja motivación, preocupaciones persistentes… las cifras aumentan a un 50% de los casos atendidos en consulta desde que se inició la crisis sanitaria. Eso sólo teniendo en cuenta a los que piden ayuda, que no son, desde luego, la totalidad de quienes sufren.
Otros síntomas a tener en cuenta son; Falta de energía para iniciar actividades y la falta de iniciativa para actividades que anteriormente realizaban sin problema. Del mismo modo, tendremos que observar si comienzan a aparecer un mayor número de preocupaciones, y miedo excesivo ante la muerte y/o la enfermedad.
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