Ansiedad en Santander

Gabinete de Psicología Montserrat Guerra
Estrés Santander

¿Qué es el Estrés?

Psicólogos en Santander especializados en Estrés – El Estrés supone un hecho habitual de la vida del ser humano, ya que cualquier individuo, con mayor o menor frecuencia, lo ha experimentado en algún momento de su existencia. El más mínimo cambio al que se expone una persona es susceptible de provocárselo.

Tener estrés es estar sometido a una gran presión, sentirse frustrado, aburrido, encontrarse en situaciones en las que no es fácil el control de las mismas, tener problemas conyugales, etc.

el estrés es una respuesta inespecífica del organismo ante una diversidad de exigencias. Se trata de un proceso adaptativo y de emergencia, siendo imprescindible para la supervivencia de la persona; éste no se considera una emoción en sí mismo, sino que es el agente generador de las emociones. En todo caso, el estrés es una relación entre la persona y el ambiente, en la que el sujeto percibe en que medida las demandas ambientales constituyen un peligro para su bienestar, si exceden o igualan sus recursos para enfrentarse a ellas.

Si el sentimiento de carácter negativo aparece de forma constante en el sujeto y no es tratado adecuadamente, puede conducir a un bajo rendimiento en la vida cotidiana, debilitando la salud.

Hoy en día el término estrés hace referencia a una sobrecarga emocional que experimenta el individuo, vinculada a una exigencia desproporcionada del ambiente, y que se manifiesta en un estado de nerviosismo porque requiere un sobreesfuerzo, poniéndole en riesgo de enfermar. En definitiva, el estrés es la respuesta fisiológica y psicológica del cuerpo ante un estímulo (estresor), que puede ser un evento, objeto o persona.

El estrés es entendido como algo negativo, perjudicial o nocivo para el ser humano, ya que produce dolores de cabeza, indigestión, resfriados frecuentes, dolor de cuello y espalda e infelicidad en las relaciones personales más cercanas (Olga y Terry, 1997); además, el estrés puede incapacitar al individuo en el ámbito laboral, provocar crisis nerviosas recurrentes, depresión, ansiedad o incluso dar lugar a situaciones mas serias. En cambio, otras personas lo perciben como algo positivo para sus vidas, describiéndolo como una experiencia placentera, divertida y estimulante, sintiéndose más capaces de hacer frente a las demandas del entorno de forma libre, exponiéndose a situaciones de riesgo con la confianza de superarlas con éxito.

La vivencia del estrés como positivo o negativo va a depender de la valoración que realiza el individuo de las demandas de la situación y de sus propias capacidades para hacer frente a las mismas. Según esto, el ser humano se enfrenta continuamente a las modificaciones que va sufriendo el ambiente, percibiendo y reinterpretando las mismas con objeto de poner en marcha conductas en función de dicha interpretación. Hay ocasiones en las que la demanda del ambiente es excesiva para el individuo, por lo que su repertorio conductual para hacer frente a la situación generadora de estrés es insuficiente, al igual que cuando se enfrenta a una situación nueva para él.

Las experiencias estresantes proceden de tres fuentes básicas: el cuerpo, el entorno y los pensamientos; la primera fuente de estrés es de carácter fisiológico, existiendo innumerables circunstancias en la vida que afectan al organismo como por ejemplo, las restricciones en la dieta, los malos hábitos y los cambios de horario en nuestro tiempo diario de sueño, las nuevas enfermedades, los accidentes, las problemáticas y dificultades de la adolescencia, el envejecimiento, etc. Las amenazas procedentes del ambiente producen en el cuerpo cambios, concretamente, las que se refieren a la adaptación, ya que con ellas el ser humano se ve obligado a mantener horarios rígidos en su vida diaria, a aguantar las exigencias de las relaciones sociales, a soportar el ruido, la contaminación y las aglomeraciones de la gran ciudad, influyendo negativamente en su seguridad y su autoestima.

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¿Cuándo viene el estrés?

La persona siente difícil adaptarse a lo que está viviendo, y esto produce un aumento en el esfuerzo con el fin de mantener un estado de equilibrio dentro de sí mismo y con su exterior. Primera creencia irracional: el tiempo y la energía son ilimitadas. El estrés es la respuesta fisiológica y psicológica del cuerpo ante un estímulo (estresor).

Con nerviosismo intenso y sobreesfuerzo (mental y físico) para encontrar el equilibrio.

El ser humano se enfrenta continuamente a las modificaciones de su entorno, nos adaptamos a la vida. percibiendo y reinterpretando las mismas con objeto de poner en marcha conductas para adaptarnos. Hay ocasiones, en las que la demanda del ambiente es excesiva para el individuo, por lo que su repertorio conductual para hacer frente a la situación generadora de estrés es insuficiente, al igual que cuando se enfrenta a una situación nueva, inesperada y desorientadora.

Hay muchos motivos, destaquemos; Las situaciones en entornos altamente competitivos, y el Perfeccionismo extremo. Las experiencias estresantes proceden de tres fuentes básicas biopsicosociales: el cuerpo, el entorno y los pensamientos.

El estrés puede surgir en diferentes momentos y situaciones de la vida. Algunas de las situaciones comunes que pueden desencadenar estrés incluyen:

1-Presión laboral: Las altas demandas en el trabajo, los plazos ajustados, la competencia y los conflictos laborales pueden generar estrés.

2-Cambios importantes: Los cambios significativos en la vida, como mudarse, cambiar de empleo, casarse, tener un hijo o enfrentar una situación de divorcio, pueden generar estrés debido a la adaptación requerida.

3-Eventos traumáticos: Vivir o presenciar situaciones traumáticas, como un accidente, un desastre natural o un acto de violencia, puede tener un impacto profundo en el bienestar emocional y generar estrés postraumático.

4-Estudios y exámenes: Los estudiantes a menudo experimentan estrés debido a la presión académica, los exámenes finales o la preparación para pruebas importantes.

5-Problemas de salud: Enfrentar enfermedades crónicas, lesiones o padecer condiciones de salud mental puede ser estresante tanto para el individuo como para sus seres queridos.

6-Sobrecarga de responsabilidades: Sentirse abrumado por múltiples responsabilidades, ya sea en el trabajo, en la familia o en la vida cotidiana, puede generar estrés.

7-Problemas personales: Dificultades en las relaciones interpersonales, problemas familiares, pérdida de seres queridos, enfermedades o problemas financieros pueden ser fuentes de estrés.

Es importante tener en cuenta que cada persona puede experimentar el estrés de manera diferente y que los desencadenantes pueden variar de un individuo a otro. Algunas personas pueden ser más resistentes al estrés que otras, mientras que algunas situaciones pueden afectar a algunas personas más que a otras.

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¿Qué provoca el estrés?

Psicólogos en Santander especializados en Estrés – El agente desencadenante del estrés es un elemento que atenta contra el equilibrio del organismo, incrementando la necesidad de reequilibrarse. Según Selye, «el estrés es una respuesta no específica del organismo ante cualquier demanda que se le imponga»; dicha respuesta puede ser de tipo psicológico (mental) o fisiológico (física/orgánica). Sin embargo, según la literatura científica, el estrés implica cualquier factor que actúe interna o externamente, al cual se hace difícil adaptarse y que produce un aumento en el esfuerzo por parte de la persona con el fin de mantener un estado de equilibrio dentro de sí mismo y con su ambiente externo.

El estrés es una conducta que aparece cuando las demandas del entorno superan la capacidad del individuo para afrontarlas (Kals, 1978). Este planteamiento dio lugar a que se conceptualizara el estrés como aquella respuesta no específica del organismo ante cualquier demanda (Selye, 1980).

Por todo ello, un estímulo se considera estresante cuando tiene la capacidad de poner en marcha una respuesta fisiológica de estrés en el individuo, mientras que una respuesta recibe el apelativo de estrés cuando es producida por una demanda del ambiente, un daño determinado o una amenaza; esto implica estímulos, respuestas y los procesos psicológicos que median entre ellos.

El estrés psicológico es aquel que establece una relación entre el individuo y el ambiente; por lo tanto, la Psicología se centra en el estudio de las causas que provocan este estado en diferentes sujetos a través del análisis del afrontamiento individual y la evaluación cognitiva que conlleva. El afrontamiento le sirve al sujeto para controlar las demandas que evalúa como estresantes y todas las emociones que generan, mientras que la evaluación cognitiva determina hasta que punto una relación individuo-ambiente es estresante. Por su parte, las demandas que recibe el individuo pueden proceder del ambiente físico que le rodea como, por ejemplo, el frío y el calor extremos, pero mayormente procederán del ambiente social en el que está más inmerso, denominándose estrés psicosocial del individuo.

Las demanda que, por su particular intensidad, novedad e indeseabilidad, requieren una respuesta esforzada (Campas, 1987) o de afrontamiento (Cohen, Kamark y Mermelstein, 1983; Lazarus y Folkman, 1984) son las que realmente se consideran estresantes. Entonces, el estrés es una fuerza que induce malestar o tensión tanto sobre la salud física como sobre la emocional (Lewen y Kennedy, 1986).

Hoy en día, el estudio del estrés cobra un enorme interés desde el marco social y el enfoque de los sucesos vitales, posibilitando el estudio epidemiológico de grupos sociales y niveles de riesgo y estableciendo estrategias de afrontamiento y prevención selectiva, lo cual supone una orientación social de la salud. Existe un tipo de estrés social crónico, en el que los estresores están asociados a los principales roles sociales, como las dificultades en el trabajo, problemas de pareja o desajustes en las relaciones padres-hijos.

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Fases del estrés

Psicólogos en Santander especializados en Estrés-La secuencia se divide en tres fases con sus correspondientes implicaciones biológicas: reacción de alarma o periodo de choque, caracterizado por una alteración fisiológica (taquicardia, insomnio, etc.), seguido de una fase de resistencia y, por último, una fase de agotamiento, que da lugar a las llamadas enfermedades de adaptación.

El estrés se ha estudiado y se ha propuesto una teoría que describe tres fases diferentes del estrés, conocida como el modelo de respuesta al estrés de Hans Selye. Estas fases:

1-Fase de alarma: En esta etapa, se produce la reacción inicial al estímulo estresante, que puede ser una amenaza percibida o un desafío. El cuerpo activa su respuesta de «lucha o huida», liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina para prepararse para hacer frente a la situación estresante. Durante esta fase, los síntomas pueden incluir aumento de la frecuencia cardíaca, respiración acelerada, tensión muscular y mayor estado de alerta.

2-Fase de resistencia: Si la fuente de estrés persiste, el cuerpo entra en la fase de resistencia. En esta etapa, el cuerpo intenta adaptarse y resistir el estrés continuo. Los niveles de hormonas del estrés pueden permanecer elevados, lo que puede tener un impacto en el sistema inmunológico y en otros sistemas del cuerpo. Si la fase de resistencia se prolonga demasiado, puede agotar los recursos físicos y emocionales del cuerpo, lo que puede llevar a la siguiente fase.

3-Fase de agotamiento: Si el estrés continúa sin ser gestionado adecuadamente, el cuerpo puede llegar a un estado de agotamiento. Durante esta fase, los recursos del cuerpo se han agotado y la capacidad para hacer frente al estrés se ve severamente comprometida. Esto puede manifestarse en síntomas como fatiga extrema, dificultades para concentrarse, ansiedad, depresión y una disminución general en el funcionamiento físico y mental. El agotamiento prolongado puede tener consecuencias graves para la salud, incluyendo un mayor riesgo de enfermedades físicas y mentales.

Es importante tener en cuenta que la experiencia del estrés puede variar de persona a persona, y no todas las personas pasarán por todas las fases en el mismo orden. Además, algunas personas pueden ser más resistentes al estrés y tener mejores habilidades de afrontamiento, lo que puede influir en cómo atravesar estas fases.

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Diferencia entre el estrés, la ansiedad y la angustia

El estrés es claramente diferenciable de los conceptos de ansiedad y angustia al considerarlo como un resultado de la incapacidad del individuo frente a las demandas del ambiente, mientras que la ansiedad es destacable al entenderla como una reacción emocional ante una amenaza manifestada a nivel cognitivo, fisiológico, motor y emocional; por último, la angustia forma una amenaza a la existencia del individuo, a sus valores morales y a su integridad tanto física como psicológica.

El estrés, la ansiedad y la angustia son conceptos relacionados pero distintos en términos de sus características y experiencias asociadas. A continuación, se describe la diferencia entre ellos:

Estrés: El estrés es una respuesta física y emocional a una situación percibida como amenazante, desafiante o demandante. Puede ser causado por diversos factores, como presión laboral, problemas personales o cambios importantes en la vida. El estrés puede ser agudo (de corta duración) o crónico (persistente). A corto plazo, el estrés puede ser útil, ya que activa la respuesta de «lucha o huida» del cuerpo para hacer frente a la situación. Sin embargo, si el estrés se prolonga demasiado o no se maneja adecuadamente, puede tener efectos negativos en la salud física y mental.

Ansiedad: La ansiedad es una respuesta emocional caracterizada por preocupación, inquietud y miedo frente a una anticipada o imaginada. Es una respuesta natural del organismo a situaciones percibidas como amenazantes. La ansiedad puede ser desencadenada por situaciones concretas o ser más generalizada, como en el trastorno de ansiedad generalizada. Los síntomas de la ansiedad pueden incluir tensión muscular, dificultad para la concentración, inquietud, irritabilidad, problemas de sueño y sensación de peligro inminente.

Angustia: La angustia es una experiencia emocional intensa y dolorosa, a menudo asociada con sentimientos de desesperación, tristeza, desesperanza y desesperación. Puede ser una respuesta a situaciones difíciles, pérdidas o traumas significativos. La angustia puede afectar el estado de ánimo, el pensamiento y el funcionamiento general de una persona. Puede ser más profunda y duradera que la ansiedad y puede estar asociada con trastornos del estado de ánimo, como la depresión.

Si bien el estrés, la ansiedad y la angustia pueden estar interrelacionados y compartir algunos síntomas, es importante reconocer que son experiencias distintas y pueden requerir enfoques de manejo y tratamiento diferentes. Si alguien está experimentando síntomas persistentes de estrés, ansiedad o angustia, es recomendable buscar apoyo y atención médica adecuada. Un profesional de la salud mental puede ayudar a determinar el diagnóstico y recomendar las estrategias de manejo más apropiadas.

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El trabajo del Gabinete de Psicología contra el estrés

El trabajo del Gabinete de Psicología en el abordaje del estrés puede variar dependiendo del enfoque y las técnicas utilizadas por los psicólogos. Algunas de las posibles intervenciones y enfoques que el Gabinete de Psicología puede emplear para ayudar a las personas a manejar el estrés incluyen:

-Evaluación y diagnóstico: Los profesionales del Gabinete de Psicología llevan a cabo evaluaciones para comprender la naturaleza y las causas del estrés experimentadas por el individuo. Esto puede incluyen entrevistas, cuestionarios y evaluaciones psicológicas específicas.

-Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es un enfoque terapéutico ampliamente utilizado que se centra en identificar y modificar los patrones de pensamientos negativos y las conductas desadaptativas asociadas con el estrés. nuestros psicólogos en Santander ayudan a las personas a desarrollar habilidades de afrontamiento efectivo ya reestructurar sus pensamientos para reducir la respuesta de estrés.

-Técnicas de relajación y manejo del estrés: Los psicólogos pueden enseñar a los pacientes técnicas de relajación, como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la meditación, que pueden ayudar a reducir la activación del estrés y promover la calma.

-Entrenamiento en habilidades de afrontamiento: nuestras psicólogas en Santander pueden enseñar a las personas técnicas y estrategias específicas para hacer frente al estrés, como la resolución de problemas, la gestión del tiempo, la comunicación asertiva y el establecimiento de límites adecuados.

-Terapia de aceptación y compromiso (ACT): La ACT se centra en ayudar a las personas a aceptar sus pensamientos y emociones negativas relacionadas con el estrés, mientras se comprometen con acciones que son consistentes con sus valores y objetivos personales. Esta terapia puede ayudar a reducir la lucha interna contra el estrés y fomentar una mayor flexibilidad psicológica.

-Apoyo emocional y psicoeducación: Nuestras psicólogas del Gabinete de Psicología brindan un espacio seguro para que las personas expresen sus preocupaciones y emociones relacionadas con el estrés. También proporcionan información educativa sobre el estrés y sus efectos, ayudando a las personas a comprender mejor su experiencia y desarrollar estrategias de afrontamiento más efectivas.

Es importante destacar que el enfoque terapéutico puede variar según las necesidades individuales de cada persona. Es recomendable un Gabinete de Psicología con profesionales calificados y con experiencia en el tratamiento del estrés para recibir una atención adecuada.