Dificultades de adaptación, relacionarse, timidez extrema

Gabinete de Psicología Montserrat Guerra
Psicologo Infantil en Santander

Dificultades de Adaptación:

PSICÓLOGO NIÑOS EN SANTANDER – Si ya para los adultos es complicado adaptarse a nuevas situaciones, para los niños un cambio en su vida puede suponer un trauma a superar.

Entre las situaciones más usuales a las que los niños deben adaptarse están:

  • Adaptación al colegio, o nuevas situaciones escolares (cambio de centro, cambio de profesor o compañeros, nuevas actividades y rutinas, etc.).
  • Incorporación de nuevos miembros de la familia a la convivencia familiar; hermanos, abuelos, tíos, nueva pareja…
  • Fallecimiento o ausencia de familiares, mascotas, amigos…
  • Cambio de residencia.
  • Superación de separaciones y divorcios.
  • Adaptación a una nueva vida tras ser víctima de violencia familiar u otro tipo de violencia.
  • Pérdidas difíciles de superar.
  • etc.

Dificultades para relacionarse con los demás:

Los niños pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, bien por comportamientos desmedidos o no adecuados a cada situación, bien por una timidez extrema.

Estas dificultades para relacionarse pueden darse en todos, o sólo en algún ámbito de su entorno: entorno familiar, colegio, parque, zona de ocio, actividades extraescolares, etc.

Los padres saben que la relación del niño con su entorno debe ser adecuada para formar su personalidad correctamente, cuando una relación deficiente se alarga en el tiempo más de lo habitual para su edad, es necesario pedir ayuda para reconducir dichas habilidades sociales.

Timidez Extrema:

Desde el comienzo de su vida, el niño debe ir construyendo una serie de habilidades sociales que de no establecerse de forma adecuada, pueden limitarlo además de producirle un alto sufrimiento emocional. De ahí la importancia de detectar a tiempo al niño tímido y dotarle de herramientas para construir una comunicación saludable, y una correcta autoestima.

El punto de corte entre la normalidad y la patología nos la debe dar el grado de incapacitación que ocasiona. Cuando la timidez interfiere negativamente con el funcionamiento cotidiano, produciendo incapacitación para desenvolverse con éxito en su vida y ésta situación se mantiene en el tiempo, es cuando hemos cruzado la barrera.

El niño tímido:

  • Se muestra reservado y distante.
  • Tiene problemas para relacionarse con sus iguales y/o los adultos. Le cuesta iniciar conversaciones con otros niños o tomar la iniciativa.
  • Tiene una pasividad excesiva, aislamiento y baja asertividad. No participa en clase ni en las actividades.
  • Tiene escasa capacidad de expresión emocional, inseguridad, lentitud y sumisión al grupo. En definitiva, presenta un escaso repertorio en habilidades sociales.
  • Sufre ansiedad; anticipatorias de la situación o en la propia situación, y como consecuencia de temores y miedos irracionales.
  • Síntomas físicos; rubor, tartamudeo, dolores estomacales, mareos, dolor de cabeza, etc.
  • Tiene problemas afectivos, de baja auto-estima y una tendencia a subestimarse e incluso a desarrollar sentimientos de inferioridad
  • También es probable que haya episodios de «rompimiento emocional» que se manifiesten en forma de llantos puntuales.

La timidez extrema impide esa relación satisfactoria que llena a los niños de experiencias proporcionadas por los demás, y obstaculizan una correcta relación del niño con su entorno ya que suponen una barrera frente al mundo que le rodea.