Tener altas capacidades es, en primer lugar y ante todo, una manera de ser inteligente, un modo atípico de funcionamiento intelectual, una activación de los recursos cognitivos cuyas bases cerebrales son diferentes y cuya organización muestra particularidades inesperadas.
Es decir, la denominación de alta capacidad no atiende tanto a ser más inteligente si no al funcionamiento de la inteligencia de otra forma. Si bien es cierto que este funcionamiento permite usar recursos más amplios por lo que podríamos decir más inteligentes.
No se trata de ser “cuantitativamente” más inteligente, sino de disponer de una inteligencia “cualitativamente” distinta.
Tener Altas capacidades combina de forma entrelazada gran parte de lo siguiente; Un alto nivel de recursos intelectuales, una mayor capacidad de comprensión, de análisis y de memorización, creatividad, imaginación rica en detalles, flexibilidad y fluidez, capacidad para enfocar y resolver los problemas de manera diferente, de proponer varias alternativas, de ver más allá de lo aparente y de anticipar consecuencias. Unido a una mayor sensibilidad, emotividad, receptividad afectiva y sensorial.
Podríamos decir que tener Alta Capacidad es una manera de “estar en el mundo” que da color al conjunto de la personalidad. Esto no quiere decir que tener Altas Capacidades sea ideal, maravilloso y perfecto. Todos estos sentimientos y cualidades deben encajar en un mundo complejo, limitado y mundano. Y los desajustes, si esto no sucede con normalidad, pueden ser muy grandes lo que puedo provocar frustraciones enormes y fracasos muy dolorosos para la persona, que se atenúa con su alta sensibilidad.