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1 septiembre, 2024

Montserrat Guerra, en su intervención en el programa «Cuarto Milenio», abordó el tema de la envidia patológica, centrándose en un caso particularmente perturbador y cruel ocurrido en los años veinte en Cantabria. Este suceso, conocido como el «Caso Silió», ha sido documentado como uno de los ejemplos más extremos de envidia en la historia de España.

En el pequeño pueblo cántabro de Silió, Josefa Gómez, una vecina del lugar, asesinó a Crisanta movida por una profunda envidia. Este trágico episodio no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también provocó una fuerte indignación entre los vecinos. El asesinato de Crisanta a manos de Josefa Gómez fue un acto atroz que dejó una marca indeleble en la memoria colectiva de Silió.

La historia de este caso se enmarca en un contexto de delirio místico, donde las tensiones y rivalidades personales alcanzaron un punto álgido, desencadenando un desenlace fatal. Montserrat Guerra, al hablar sobre este evento en «Cuarto Milenio», subrayó la intensidad y la peligrosidad de la envidia, destacando cómo este sentimiento puede llevar a actos de extrema violencia.

El «Caso Silió» sigue siendo un recordatorio de los peligros inherentes a la envidia, ilustrando cómo puede corromper las relaciones humanas y llevar a consecuencias trágicas. La intervención de Montserrat Guerra ayudó a arrojar luz sobre este oscuro episodio de la historia española, permitiendo una reflexión profunda sobre los efectos devastadores de la envidia en la sociedad.

¿Qué es la envidia patológica?

La envidia patológica es un tipo extremo y disfuncional de envidia, en el que una persona experimenta un resentimiento profundo, persistente y desproporcionado hacia los logros, posesiones o cualidades de los demás. A diferencia de la envidia común, que es una emoción pasajera y controlable, la envidia patológica afecta gravemente la vida de la persona y sus relaciones, debido a su intensidad y la forma en que influye en sus pensamientos y comportamientos.

Las características principales de la envidia patológica son:

Obsesión constante: La persona no puede dejar de pensar en las personas que envidia y en lo que tienen o han logrado.

Autoestima baja: Suele estar vinculada a una sensación profunda de inferioridad y una autoestima extremadamente baja. La persona envidiosa siente que carece de lo que valora en los demás y no es capaz de alcanzarlo.

Hostilidad y resentimiento: Quienes padecen envidia patológica suelen tener sentimientos intensos de hostilidad o deseos de que los demás pierdan lo que poseen, en lugar de enfocarse en mejorar su propia situación.

Destrucción de relaciones: La envidia de este tipo genera conflictos interpersonales importantes, como rechazo social, aislamiento o sabotaje en las relaciones personales o laborales.

Impacto en la salud mental: La envidia patológica puede llevar a trastornos de ansiedad, depresión, paranoia o incluso comportamientos agresivos y vengativos hacia quienes envidian.

La envidia patológica puede necesitar tratamiento psicológico, ya que afecta tanto a la persona que la padece como a las personas que la rodean, interfiriendo con su bienestar y desarrollo personal.


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